¿Que no dolía...?

Se muere un señor y, por azares del destino, queda con el pizarrín erecto y resulta que, por aquello del tamaño..., pues el ataúd no cerraba.
Oiga señora - ¿Qué hacemos? - le preguntan a la viuda.
Córtenselo, y métanselo por atrás, para que se vaya completito.
Pues ándale, que se lo cortan, y ándale, que se lo meten...¡Y al cadáver se le salen unas lágrimas de los ojos!
Entonces dice la viuda:
Ahí está, viejo ¿Que no dolía...?

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