Una señora quería comprar un lorito y fue a la tienda de animales y el vendedor le dijo que sólo tenían uno que le perteneció a una señora que tenía un burdel, con lo cual tenía un vocabulario peculiar. A la señora no le importó. El lorito al ver a la señora dijo:
-¡Nueva madame!
La señora esperó que llegaran sus hijas. Cuando llegaron las niñas y el lorito las vio dijo:
-¡Nueva madame! ¡Nuevas putas!
Y ellas esperaron que llegara el papá (Alberto) cuando llegó, el lorito dijo:
-Nueva madame, nuevas putas, pero los mismos clientes. ¡Hola Beto!
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